La FEP no podía estar más de enhorabuena, ya que añadirá a su magnífico equipo a toda una leyenda de la pala, Icíar Montes. La madrileña, con un palmarés increíble y tras haber sido una de las mejores jugadoras de la historia de este deporte, anunció su retirada el pasado 24 de diciembre de 2014 a través de las redes sociales. Esta temporada volverá a la moqueta para guiar a la selección femenina a lo más alto, ejerciendo de seleccionadora femenina de España en la categoría absoluta.
Icíar Montes ya tuvo la oportunidad de dirigir brevemente al combinado nacional en 2004. Sin embargo, tras once años ha añadido más experiencia a su currículum como deportista. ¨Estoy contenta por supuesto con el nuevo cargo, pero también es mucha responsabilidad, ya que a veces puede ser un trabajo algo ingrato, porque hay que tomar decisiones en las cuales algunas personas van a salir perjudicadas y otras beneficiadas¨. Respecto a la experiencia con la que cuenta, Icíar se mantiene cauta, ya que de forma humilde explica que todavía tiene mucho que aprender. ¨Es muy distinto ser jugadora a ser entrenadora, coach o seleccionadora, por lo tanto tendré que ir aprendiendo, cometeré errores que espero que con la ayuda de los técnicos sean los menos posibles. Mi cometido será apoyar mucho a las jugadoras para sacar su máximo rendimiento en la pista¨.
Una de las grandezas de esta jugadora ha sido la de haberse mantenido tantos años en la élite del pádel, pero no hay que olvidar que comenzó su andadura en este deporte a los dieciocho años, ya que antes practicaba tenis. La pasión por el deporte se la inculcó su padre, José María, y ya a los cuatro años sostenía una raqueta en sus manos. ¨Jugué varios partidos de tenis a nivel nacional, pero a los dieciocho años estaba más centrada en mis estudios. Por aquella época comenzaron a construir pistas de pádel en diferentes clubes, como Puerta de Hierro o Club de Campo entre otros. Uno de ellos fue el Club de Tenis Chamartín, que era donde yo jugaba. Allí tenía a mis amigas Belén Castrillo o Araceli Montero jugando al pádel, con lo que me empecé a enganchar poco a poco¨.
Para llegar a ser cinco veces campeona del mundo, tres veces mejor jugadora del circuito y estar doce años en el número uno del ranking, Icíar ha tenido que vivir muchos momentos buenos y otros no tanto. La pedimos que se intente quedar con algunos de los que ha vivido en sus más de 20 años de carrera profesional. ¨Me quedo con muchos momentos, y no todos de los que la gente considera positivos, sino de enfrentarme a mis miedos. Gané mi primer Mundial en 1998 con Araceli Montero y en mi casa antes de ir al aeropuerto no quería subir las maletas al coche. El Mundial era en Argentina, Mar del Plata, y la razón era que me daba muchísimo miedo no estar a la altura de lo que se esperaba de mí, ese miedo a conseguir tus sueños que te atenaza. El otro momento con el que me quedo tuvo lugar en 2010, cuando gané el Mundial con la Selección Española, y en parejas con Patty Llaguno. Fue sin duda el colofón a mi carrera deportiva¨.
Al haber competido durante tantos años, Icíar cuenta con un gran puñado de anécdotas. Sin embargo, hay una que nunca se la olvida y que transcurrió en un caluroso día de verano en Málaga. ¨Salí del hotel en el que estábamos para jugar las semis del